El cambio climático es una realidad innegable que afecta a todos los aspectos de nuestra vida. Uno de los problemas asociados a este fenómeno es el aumento en la presencia y propagación de plagas a nivel global. Cada vez son más frecuentes y menos estacionarias la aparición de plagas como ratas, cucarachas, chinches y mosquitos, por lo que se debe tener un control adecuado y profesional de estas.
El aumento de las temperaturas convierte los factores climatológicos en ideales para que las plagas se expandan más allá de sus áreas geográficas y temporadas habituales. Esto que representa un desafío para la salud pública y requiere un enfoque eficaz en cuanto a fumigación y control de plagas.
Las plagas crean resistencia a los métodos de fumigación tradicionales
La mejor opción a la hora de controlar una plaga es dejarlo en manos de profesionales de la fumigación, ya que los métodos caseros no suelen ser del todo efectivos y, en muchas ocasiones, provocan su reaparición. Además, estas especies también desarrollan resistencia a los métodos de fumigación y control de plagas convencionales, lo que complica aún más la situación y hace cada vez más complicado controlarlas.
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