Sanidad alerta de la presencia de garrapatas con fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

fiebre hemorrágica

Las garrapatas se han detectado en Extremadura, Madrid, Castilla La Mancha y Castilla y León y según Sanidad, fueron animales silvestres los que portaron el virus porque antes se lo habían transmitido otras garrapatas.

Un estudio del Ministerio de Sanidad y cuatro comunidades autónomas (Extremadura, Madrid, Castilla La Mancha y Castilla y León) ha detectado la presencia de garrapatas infectadas con el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en animales silvestres, pero el riesgo en los humanos es «muy bajo».

Esa es a la conclusión a la que llegan los expertos en Sanidad Pública que han diseñado el estudio: La directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Elena Andradas, y los responsables de esta parcela en esas cuatro comunidades.

El estudio para abordar la posible circulación de ese virus se puso en marcha el pasado mes de octubre, después de que un hombre falleciera tras picarle una garrapata en un campo en Ávila y que tuviera que ser ingresada la enfermera que lo atendió en una Unidad de Aislamiento. Sanidad propuso a esas cuatro comunidades autónomas realizar el estudio porque, según Elena Andradas, había zonas «donde tenían ciertas sospechas de que podría estar circulando» ese virus.

Los resultados se han obtenido este mes y dicen que han hallado garrapatas con el virus en siete de las once comarcas que han analizado de las cuatro comunidades autónomas.

En total, para el estudio fueron capturadas unas 9.500 garrapatas en su mayoría en animales silvestres, que habitan en zonas muy poco habitadas y muy poco frecuentadas por la población, sobre todo en ciervos. No se han encontrado resultados positivos en ganado doméstico.

Estas garrapatas del estudio infectadas «nos detectan, huelen y nos ven y nos buscan»,

Esos ciervos, en un 90% de los casos, según Ricardo Molina, responsable de laboratorio de entomología médica del Instituto de Salud Carlos III, fueron los que portaron el virus a esas garrapatas porque antes se los transmitieron otros artrópodos, es decir, otras garrapatas.

Los investigadores agruparon las garrapatas en lotes de entre una y tres y se ha llegado a la conclusión de que sólo unas 300, el 3% de los lotes, podrían estar infectadas. Pero ¿qué garrapatas son las que transmiten este virus?

En el mundo hay casi 200 variedades de garrapatas, sobre todo en entornos rurales, pero éstas en cuestión son en su mayoría las llamadas Hyalomma Lusitanicum, que según Ricardo Molina, responsable de laboratorio de entomología médica del Instituto de Salud Carlos III, no tienen que ver con otras porque «nos buscan activamente». «No tienen nada que ver con las que encontramos en nuestros perros, que son otra especie que están involucradas en otros patógenos», explica Molina.

Estas garrapatas del estudio infectadas «nos detectan, huelen y nos ven y nos buscan», según Molina, mientras que las otras especies «están quietas pasivamente esperando que pase un animal o una persona para subirse». Por eso, y aunque esas garrapatas se han detectado en zonas poco frecuentadas por la población y en animales silvestres, los responsables de Sanidad Pública quieren trasladar a la ciudadanía la importancia de la información y la prevención en cuanto a las picaduras de garrapatas, y sobre todo en las personas que hacen senderismo y actividades de ocio en la naturaleza.

Y ¿si nos pica una garrapata? ¿Qué tenemos que hacer y qué, no? Hay que extraerla lo antes posible; hay que evitar los remedios tradicionales como aceite, petróleo o calor; primordial, usar unas pinzas, sujetarla firmemente lo más cerca posible de la piel y tirar de ella suavemente hacia arriba, y luego limpiar bien la herida con agua y jabón.

Es importante estas indicaciones para los que se desplacen a una zona de campo, pero una cuestión a favor: una garrapata infectada que se adhiera a una persona necesita al menos 48 horas para transmitir el virus, con lo cual «hay que revisarse bien», según Molina, después de ir de excursión al campo u otro tipo de actividades.

No obstante, estos artrópodos, que se alimentan de sangre, pueden permanecer «hasta caer del cuerpo» hasta siete o diez días. De ahí la importancia de la prevención cuando se hagan actividades en zonas de ocio en el campo: utilizar manga y pantalón largo, llevar botas cerradas con calcetines, ropa de color claro, caminar por la zona central de los caminos, evitar sentarse en el suelo en las zonas con vegetación y utilizar repelentes.

FUENTE: ANTENA 3